El cuadro “Peace” de Michael Whelan muestra un paisaje fantástico con una cascada. Caídas de agua que caen, en la distancia, una ciudad en llamas, en el borde de un acantilado, está sentada una muchacha pensativa: una misteriosa habitante de otro mundo, un caracol, que dejó su caparazón.
Michael Whelan escribe con entusiasmo cuadros y paisajes surrealistas. Sus obras están llenas de simbolismo, que pasa de una imagen a otra y es una especie de signo de copyright. Toda una serie de pinturas construidas sobre la interpretación de la concha de caracol.
Casi en todas las imágenes está el simbolismo de la eternidad: las infinitas extensiones del océano, la luz plateada de la luna, la silenciosa majestad de las montañas.
Cada imagen de Michael Whelan hace que el espectador mire atentamente, desentrañando el significado establecido por el autor, probando su propia percepción del mundo, pero nunca deja indiferente.