Oskar Kokoschka, uno de los representantes más famosos del expresionismo, estudió en la Escuela de Arte Aplicado de Viena y trabajó en el “Taller de Viena” de la Asociación de Artistas Aplicados cuando el arquitecto A. Loos lo convenció de que se dedicara a la pintura.
Las primeras obras del artista, principalmente retratos, se ejecutan de una manera peculiar y nerviosa, a los personajes se les dan características psicológicas agudas. Más tarde, Kokoschka volvió al tema del Evangelio, pero la actitud personal del maestro violó la iconografía tradicional, saturándola con detalles modernos y un simbolismo especial. Después de la Primera Guerra Mundial, a la que el artista se ofreció voluntariamente, su pintura adquirió un carácter sombrío.
En los años 1920-1930, viajó mucho. Durante la campaña nazi para combatir el “arte degenerado”, Kokoshka creó el “Retrato de un artista degenerado”. Más tarde, el artista emigró a Londres, donde habló con una crítica apasionada del totalitarismo.
Su pintura de posguerra se distingue por tonos brillantes y alegres.
De particular interés para el artista fue el paisaje. El mejor trabajo creado durante este período es “Landscape in Montana”. Otras obras famosas: “Vista de Salzburgo”.
1950. Nueva Pinakothek, Munich; “Adolf Loos”. 1909.
Galería Nacional, Berlín.