Aivazovsky fue un verdadero maestro del paisaje. Cada una de sus pinturas es un verdadero descubrimiento de la belleza de la naturaleza rusa.
Hoy todos tenemos prisa en algún lugar y simplemente no tenemos tiempo para detenernos y notar el encanto especial del mundo circundante. El artista nos ayuda a comprender que el verdadero esplendor está oculto en las pinturas de todos los días.
Aivazovsky representa la naturaleza de invierno. Este es un verdadero cuento de hadas. En el centro de la imagen – la carretera. Todavía está casi descubierto con nieve. Se puede suponer que esto es un invierno temprano.
Hay árboles a los lados de la carretera. Ya se las han arreglado para vestirse con abrigos de invierno. La nieve se encuentra en cada rama y crea la impresión de un cierto milagro.
Aivazovsky verdadero maestro. Con la ayuda de una hábil selección de colores, logra transmitir la belleza especial del invierno. La nieve esponjosa es impresionante.
Cubrió los árboles con gorras enteras tejidas de millones de copos de nieve. Si crees que el color blanco es necesario principalmente para el paisaje de invierno, entonces estás equivocado.
El artista utiliza en su imagen tonos de blanco, gris, azul, rosa e incluso negro. Como resultado, logra transmitir el encanto especial de la naturaleza y el silencio resonante. Su lienzo es increíblemente animado.
Parece un momento más, y sentiremos el aliento del viento del invierno y escucharemos el susurro del bosque.
En el camino van dos. El pintor no los prescribe en detalle. Solo se puede suponer por los contornos de las figuras que se trata de un hombre y una mujer.
Decidieron ir de paseo para disfrutar de las agradables heladas y ver la belleza de este rincón de la naturaleza.
El majestuoso cielo reina sobre todo este silencio. Prácticamente se fusiona con las suaves copas de los árboles. Aivazovsky representa sus tonos azul, azul y rosa.
La imagen está llena de luz. Sentimos que Aivazovsky no solo admira la naturaleza, sino que también quiere transmitirnos estos sentimientos.