El marchitamiento de la naturaleza, su paz y tranquilidad otoñales, siempre interesó al autor. En este trabajo, se siente la soledad del maestro, su intento de comprender y analizar este sentimiento. Trabajos de pintura apagados y desprovistos de alegría. La trama en sí, un pequeño molino de viento y una choza de molineros bajo el dosel de varios árboles, es desconcertante.
El lugar para el molino es incómodo.
Esto solo puede significar que permanece aquí por mucho tiempo, cuando los árboles aún no bloquean el camino hacia el viento que pone las cuchillas del molino. El humo se riza sobre la cabaña, se ha vuelto tan frío que los anfitriones han inundado el horno. Contra el telón de fondo de un cielo sin expresión y cubierto, un vuelo de una bandada de pájaros crea un ambiente melancólico.
El contraste entre los árboles grandes y poderosos y las estructuras pequeñas y frágiles revela los sentimientos del propio autor, que siente un vacío agudo en su espacio personal.
Por otro lado, la soledad y el vacío con que se satura la imagen no se transmiten al espectador. El maestro construye así su imagen, que el espectador, en primer lugar, presta atención a la belleza y la belleza solemne y contenida del marchitamiento otoñal. Numerosos matices de obra marrón y verde oscuro para la divulgación de la idea del autor, componiendo el ambiente de trabajo.
El espectador tiene la sensación de que la luz en la imagen desaparece inevitablemente, cada vez es más difícil ver los detalles individuales. Parece que muy pronto la luz se irá completamente, para poder regresar solo con la primavera. La luz para el artista es en realidad la fuente de la vida misma.