La pintura de P. A. Fedotov “Legible Bride” muestra una escena divertida de emparejamiento. La acción tiene lugar en una habitación de lujo, cuyas paredes están decoradas con pinturas en marcos dorados. La habitación está amueblada con muebles tallados caros, aquí hay una jaula con un loro grande. En el centro de la imagen está la misma novia delicada que se sienta frente a su novia con un magnífico vestido iridiscente.
Ella no es tan joven como antes, estas mujeres en esos días estaban clasificadas como viejas doncellas. Su belleza ya se ha desvanecido, y aún vive con sus padres y no se ha casado.
Ante ella, sobre una rodilla, está el tan esperado novio. Él no es guapo en absoluto, de lo que ella soñó en su juventud. El novio es jorobado, feo y ya calvo. Él mira a la novia con una mirada llena de anticipación. Un hombre quiere escuchar la frase codiciada: “¡Estoy de acuerdo!”.
En su piso yace su sombrero de copa, guantes y un bastón. La sensación de que corrió hacia la novia, a toda prisa arrojó sus cosas al suelo y espera la decisión de la novia exigente. A la derecha del novio hay un pequeño perro blanco que, como él, está esperando si el consentimiento ya no es una mujer joven.
La situación cómica se agrega, al parecer, a los padres de la novia, escondiéndose detrás de las cortinas y esperando una respuesta. Estaban completamente desesperados por casarse con su hija, y ahora llegó el posible novio, y los padres esperan una respuesta positiva.
Todos esperan la decisión de la novia, porque el destino de todos los presentes depende de su palabra. Ella no es joven, todos los solicitantes de la mano y el corazón han estado casados durante mucho tiempo, y ella estaba esperando el ideal, que nunca esperó. Ahora no tiene otra opción, tendrá que casarse con alguien que haga una oferta o seguir siendo una vieja criada por el resto de su vida. No importa lo feo que sea el novio, no hay nadie para elegir una novia delicada.
Los padres entienden esto y esperan escuchar de ella. El destino de la novia está predeterminado, porque gracias a su inteligibilidad no tiene opción alguna.