El grabado de Némesis incorpora un cierto concepto filosófico, indudablemente conectado con los acontecimientos de aquellos días; La figura de una mujer muy alejada del ideal clásico, con una musculatura poderosa y fuertemente desarrollada y una gran barriga que dio a luz a muchas madres, se transformó en una imagen monumental de la diosa alada del destino que se cierne sobre Alemania.
La majestuosidad de esta figura de pie sobre una esfera con enormes alas extendidas sobre sus hombros, apareciendo sobre el fondo claro de un cielo sin nubes, contrasta con el paisaje minuciosamente fragmentado, como si estuviera cubierto de casas, árboles y rocas.
En una mano, una mujer sostiene un precioso frasco dorado y, en la otra, un arnés para caballos: objetos que señalan la diferencia en el destino de personas de diferentes clases. Es característico que en la mitología griega antigua, Némesis era la diosa de la venganza.
Los deberes de la diosa incluían el castigo por delitos, el monitoreo de la distribución justa y equitativa de beneficios entre los mortales. En la Edad Media y el Renacimiento, Némesis fue más considerada la artista del destino.