Un gran lugar en esta imagen está dedicado a los detalles del paisaje, representados en el más mínimo detalle. Se llama la atención sobre los rayos sutiles que descienden de algún lugar arriba, desde detrás de las pinturas robadas. Debemos asumir que estos son los rayos de la Estrella de Belén.
Un nuevo lenguaje de la pintura. La creatividad de Correggio coincidió con un punto de inflexión en el desarrollo del arte italiano del siglo XVI.
El artista desarrolló la enseñanza de Andrea Mantegna sobre el uso de la perspectiva para crear la ilusión de la profundidad del espacio, así como las tradiciones del arte clásico, combinándolas con el colorismo sutil característico de la pintura en el norte de Italia. La formación del estilo del maestro fue influenciada por la escuela romana.
Los investigadores creen que alrededor de 1513 Correggio pudo haber visto la Madonna Sixtina de Rafael, que fue llevada a Piacenza en ese momento. Posteriormente, en 1518, el artista hizo un viaje a Roma, donde vio no solo otras obras de Rafael, sino también las pinturas del techo de la Capilla Sixtina, completadas por Miguel Ángel en 1512. Reflexionando creativamente el estilo de los maestros del Renacimiento, Correggio llegó, en palabras de Vasari, a un “nuevo estilo” que anticipaba la aparición del manierismo.