Esta escultura que Miguel Ángel creó para la lápida. Este es un símbolo, en el que el artista expresó su pesar por la partida de la vida e incluso la inminente inmortalidad del alma no lo consuela.
Después de la muerte, el alma tiende a abandonar el cuerpo y muere. El alma es libre, pero el cuerpo no quiere morir, y se produce una lucha entre ellos. La pequeña figura del niño se ha encogido, el cuerpo se está muriendo, y en su interior está acechando una tremenda fuerza interior del alma, que busca escapar.