La pintura “Montañas Azules” transmite el incomparable paisaje montañoso del Himalaya. Las nieves eternas brillan en las cimas, las depresiones se cubren con una bruma ligera, la cresta está marcada por una línea ondulada, más allá de la cual las montañas se elevan de nuevo. No los vemos, pero sentimos su inmensidad.
No suprimen, por el contrario, como es fácil y bueno aquí, te sientes como una partícula del universo…
“¡Montañas, montañas! ¡Qué magnetismo se oculta en ustedes! Qué símbolo de tranquilidad se encuentra en cada pico brillante. Las leyendas más valientes nacen cerca de las montañas.
Las palabras más humanas emanan en las alturas nevadas”, escribió el artista.
La segunda mitad de la vida de N. Roerich estuvo estrechamente relacionada con el Himalaya. Los escribe en diferentes momentos del año, en diferentes momentos del día. “¿Dónde más puede obtener tanta alegría como el Sol que se levanta sobre el Himalaya, cuando el azul es más intenso que los zafiros, cuando los glaciares de lejanos brillaban como piedras preciosas incomparables”, escribió el artista en sus diarios de viaje.
Las pinturas de la serie de Himalayas que Nicholas Roerich creó durante muchos años, incluso en las condiciones de campo de la expedición de Asia Central, que dictaron su pequeño formato y su técnica al temple. Son una especie de pintorescas páginas de diario de viaje, donde los verdaderos paisajes del Himalaya están llenos de la experiencia espiritual del artista.