Desde la cotidianidad y simplicidad de la trama de Giotto hasta una compleja composición de múltiples figuras, lleva a otro artista italiano, Jacopo Tintoretto, a la película Matrimonio en Caná de Galilea.
A diferencia de Giotto, el artista coloca la escena de la fiesta de bodas en un enorme pasillo que se parece a los magníficos salones de los palacios venecianos. Todo el espacio de la imagen está lleno de numerosos invitados. Según el autor, están diseñados para transmitir la impresión de una celebración alegre y animada.
Pero ¿dónde y cómo el artista describe el momento de un milagro? Míralo de cerca: en el primer plano, en la mesa larga, hay dos grupos de personas, de cuyos gestos no es difícil adivinar que fue aquí donde sucedió algo sorprendente. Nuestra mirada se desliza sobre los personajes, sentados tranquilamente a lo largo de la mesa, y finalmente la figura atrae al solitario Cristo sentado en el centro de la imagen.
Es aquí que su enfoque espiritual.
Tintoretto, a diferencia de Giotto, retrata a Jesús con un grado aún mayor de indiferencia ante lo que está sucediendo. No muestra demostrativamente, desfilando su poder milagroso, no hace ningún gesto y señala al gerente de las vacaciones. Él es humilde, tranquilo y tranquilo…