El artista también dedicó esta imagen a Grecia: existía su propio “Guernica”, la isla de Chios, cuando los jenízaros turcos fueron recortados sin piedad para los niños y los ancianos. Escribió en su diario: “Decidí escribir una escena para la masacre del Salón en la isla de Chios”. Este trabajo está lleno de verdadero, increíble drama.
Grupos de personas moribundas y todavía plenas de hombres y mujeres de diferentes edades, desde la bella pareja de jóvenes idealmente en el centro hasta la figura de una anciana medio enloquecida que expresa el máximo estrés, y una joven madre que muere junto a ella con un bebé en el pecho, está a la derecha.
En el fondo hay un turco, pisoteando y cortando personas, atado a la grupa de su caballo, una joven griega. Y todo esto se desarrolla en el contexto de un paisaje sombrío pero sereno. La naturaleza es indiferente a la talla, la violencia, las locuras de la humanidad.
Y el hombre, a su vez, carece de valor ante esta naturaleza.
La gama de colores en la imagen es clara y, al mismo tiempo, muy sonora: turquesa y tonos oliva en las figuras de una joven griega y griega, con manchas de color verde azulado y rojo vino de la ropa de una anciana loca. La imagen ha causado un gran revuelo en la sociedad francesa.
Delacroix se llamaba loco, la imagen se llamaba gris, espeluznante, innecesaria, que solo puede asustar. El escritor Stendal dijo que el dolor y la oscuridad sobrenaturales prevalecen en la película. Sin embargo, cuanto más alto estaba el público indignado, más fuerte era el deseo de ver la imagen y la difusión de la fama de Delacroix.