En 1529, Federico Gonsaga, Herzog Mantua encargó tres obras más a Tiziano.
En este momento Tiziano está en el apogeo de su fama. Muchos críticos de arte dicen que la transición de Tiziano de la adolescencia a la madurez estuvo marcada por esta imagen.
Con una mirada solemne, Madonna sostiene un conejo, un símbolo de fertilidad, para que un niño pueda bajar y jugar con él.
Hermoso, y probablemente el ejemplo más sorprendente de la obra de Tiziano, donde las tradiciones de pintura de la Sagrada Escritura y el género pastoral se combinan con tanto éxito.