Dali escribió retratos para casi toda su carrera creativa, comenzando en sus primeros años con miembros de su familia y pasando rápidamente a modelos listos para pagarlo, tan pronto como comprendió qué requisitos se le imponen a su trabajo. Otros surrealistas lo criticaron por elegir clientes que están dispuestos a pagar por ellos como modelos. Consideraron tales obras como una disminución de los estándares creativos, creyendo que los artistas deberían representar solo lo que los inspira, sin prestar atención a la tradición del retrato.
Como era frecuente en las obras de Dalí, el modelo se representa en el contexto de un paisaje catalán desértico con colinas en la distancia. También hay otros motivos típicos de Dali, como un edificio con una cúpula y aberturas y un hombre sentado a horcajadas en un caballo de cría.
Madame Reese está iluminada por la luz del sol que cae de densas nubes. Lleva un vestido de noche y perlas, lo que significa que pertenece a la élite financiera de la sociedad, representantes de los cuales Dalí escribía a menudo.