El grabado “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” – una ilustración del capítulo 6 del libro “La Revelación” de Juan el teólogo:
Los cuatro jinetes son la personificación de famosas imágenes bíblicas. El primero – el arquero es el ganador. El jinete que trajo una espada sobre su cabeza simboliza la guerra. Su tercer compañero, Hambre, sostiene las escalas.
El cuarto jinete es la muerte.
Los jinetes emergen de la densa oscuridad que se acerca a la tierra. Que los jinetes sean enviados por el cielo, muestren flechas de rayos. Gorra puntiaguda, abrigo de ala ancha, lazo curvo en la primera. El cuarto jinete, “para quien el nombre es muerte”, es un anciano semidesnudo con la boca abierta por el grito y los ojos ardiendo. Se sienta en un caballo huesudo.
Siguiendo al último jinete, un monstruo con la boca abierta se arrastra por el suelo. Los caballos se acercan inevitablemente.
Caballos de tres jinetes con herraduras: su galope suena como un ruido metálico. El cuarto artista del caballo dejó nekovanym. Él tiene un sonido de huesos. Jinete-muerte suelta las riendas de la cuerda. Sobre su caballo ni montura ni estribos.
Un jinete con los ojos locos y furiosamente redondeados que avanzan no controla a un caballo. Y este caballo, agazapado sobre cascos rotos, inevitablemente se mueve hacia las personas… Debajo de los cascos de los caballos cae el horrorizado burgués, el campesino, el habitante de la ciudad.
No están tratando de resistir.
La terrible cabalgata apenas cabe en la hoja, por lo que parece que se precipita más allá de nuestros ojos. Los jinetes se están moviendo, la oscuridad viene tras ellos, devorando la luz que aún es visible en el horizonte. La oscuridad podría ser representada como un punto negro sólido. Pero entonces permanecerá inmóvil.
Durer crea la oscuridad, uniendo de cerca las líneas negras casi rectas, pero oscilantes. Traen no solo la oscuridad, sino la oscuridad moviéndose.
La rápida eclosión horizontal sirve como telón de fondo para los caballos: la oscuridad los alcanza, arrastrándolos. Flecha en la proa, columpio de la espada sugiere la dirección de la carrera. Los caballos tiran de sus cuellos de diferentes maneras, tensan las riendas, las hacen girar con sus orejas.
Cada par de piernas se da en una posición diferente. Hay una imagen de una raza, tan expresiva que parece, se puede escuchar el ruido de los caballos. Sientes que el propio artista estaba sentado en la silla, sosteniendo las riendas, espoleando a su caballo, oía el viento en sus oídos silbando al galope.