Las imágenes del artista Boris Kustodiev no son difíciles de reconocer por su estilo único de ejecución. Cuando trabajaba, usaba colores suaves pero brillantes, aplicaba blancura, como resultado de lo cual sus lienzos se recordaban con un esquema de color específico y técnicas de composición inusuales.
A Kustodiyev le gustaba mucho representar escenas simples y brillantes de la vida humana: días de trabajo, vacaciones populares o simplemente días hermosos. A menudo el autor describía momentos reales de su propia vida en sus pinturas. El lienzo llamado “Lilac” es uno de ellos.
Una imagen de un día claro, que llegó al final de la primavera, se abre ante el ojo del espectador. Los rayos del sol otorgan generosamente la tierra, calentando e iluminando todo a su alrededor. Una exuberante hierba verde, una casa de madera y un seto, así como un extenso arbusto de color lila, llenan el aire con aromas puros únicos que solo se encuentran en las aldeas.
A partir de los florecientes colores rizados de la lila, está claro que la acción tiene lugar a principios de mayo.
Una hermosa joven sale por la puerta abierta y sostiene a una joven hija en sus brazos. Un día tan maravilloso es el momento de caminar con un niño en la naturaleza. Un vestido blanco como la nieve con una falda completa, un cuello y mangas lo prestan a la imagen de sublimidad y gracia.
El grueso pelo rubio de la mujer está atado en un moño limpio.
El bebé, ubicado en las manos de la madre, también está vestido con un magnífico vestido de rayas de color azul claro. La gorra blanca protege su cabeza de los ocasionales rayos calientes del sol de primavera.
La familia fue una gran felicidad en la vida del artista Kustodiev. En este lienzo, en 1906, retrató a su amada esposa, Julia, junto con su pequeña hija. Quizás es por eso que tantas emociones conmovedoras se ponen en escena.
Los sentimientos de ternura, cuidado y calidez sin duda comenzarán a transmitirse al espectador, mirando la imagen.