El grabado “La ramera de Babilonia” – una ilustración del capítulo 17 del libro “La Revelación” de Juan el Teólogo:
Por la ramera en el Apocalipsis se entendía la Roma imperial. Se le profetizó la muerte inevitable. Pero la crueldad, el lujo, el libertinaje de la Roma pagana estaban muy lejos. En la época de Durero, la feroz denuncia del Apocalipsis estaba asociada con la Roma papal.
Las siete cabezas de la bestia se entendieron no solo como los siete pecados mortales, sino también como las siete colinas sobre las que se erigió Roma.
En la orilla de la corriente que denota a los pueblos del mundo, la ciudad ya está muriendo en llamas. Un hostigador amenazador ya está saltando a través del cielo, y las personas del otro lado, ciegas a estas señales, están caminando hacia la ramera.
La “gran ramera” en el “Apocalipsis” se habla con ira y disgusto: “Con ella los reyes de la tierra cometieron fornicación, y los habitantes de la tierra se deleitan con el vino de su fornicación”. Pero su apariencia es engañosamente hermosa. “Ella está vestida… de púrpura y escarlata, decorada con oro, piedras preciosas y perlas…”
En el grabado de Durero, la ramera es seductora. No hay indicio del hecho de que detrás de su bella apariencia se encuentra una abominación y el mal. Ella tiene una cara joven y encantadora, brazos y hombros redondeados, cabello sedoso. Y en su belleza no hay nada siniestro.
En su vestido abierto, brazaletes caros adornan delicadas manos, un aro con piedras preciosas que retienen el cabello hacia atrás.
“La copa con las abominaciones de la fornicación”, que ella levanta por encima de su cabeza, es un milagro del arte de la joyería. Así que parece que el grabado en blanco y negro transmite las joyas de oro y el color púrpura de la prenda.
Sí, por supuesto, el mundo terrenal está lleno de abominaciones. Sí, por supuesto, fue condenado a muerte. Pero, ¿por qué el mundo pecaminoso es tan seductoramente hermoso? Hermosa mujer joven en un vestido festivo.
Hermosa chica en la multitud, inclinó fielmente su cabeza al hombro de un hombre joven. Hermoso hombre fuerte con orgullo e independientemente apoyado de la mano. Preciosa nave con velas muy infladas. Hermoso horizonte lejano.
Todo el mundo terrenal es hermoso. El artista está de acuerdo con el veredicto del cielo, pero no puede decir adiós al mundo condenado sin arrepentimiento, sin glorificar su belleza.