En la pared oriental de la capilla hay una abertura arqueada que conduce al altar, cuyas paredes también están pintadas, pero esta pintura no tiene relación con Giotto. Sobre el arco en el exterior del altar hay otro fresco de Giotto, que muestra al Señor enviando al arcángel Gabriel a la Virgen María con un mensaje sobre el inminente nacimiento de Jesucristo.
Un poco más abajo, en un lado del arco, el arcángel Gabriel le comunica esta noticia a María, y en el otro lado, María escucha al mensajero celestial. Aún más abajo, dos escenas que narran la vida de la Virgen María y Jesús.
Finalmente, en la parte inferior de la pared, más cerca del piso, hay dos habitaciones con techos abovedados. El simple techo de madera de la capilla está pintado de azul, simbolizando el cielo. En este contexto, Giotto escribió diez medallones que representan a la Virgen María, a Jesús y a los profetas del Antiguo Testamento. La capilla del arena cambió de manos muchas veces.
En 1820 la casa fue finalmente destruida. La iglesia conservada en 1880 adquirió el municipio de Padua en la propiedad de la ciudad.
La apertura de la capilla para visitas públicas coincidió con un aumento del interés en la obra de Giotto, que marcó el final del siglo XIX. El destino mantuvo estos tesoros durante la Segunda Guerra Mundial. Hubo bombas en Padua más de una vez, pero ninguna de ellas llegó a la capilla.
La respiración mística se siente en este hecho.