El tema de la vida y la muerte también fue motivo de gran preocupación para el hombre medieval, ya que periódicamente en Europa se produjeron terribles epidemias de plagas que estallaron. Surgieron de repente y la próspera ciudad se convirtió en una enorme enfermería donde los médicos no podían salvar pacientes. La higiene no estaba a la altura, los antibióticos aún no se han inventado.
Las personas murieron en cuartos enteros, murieron familias, niños, niños y niñas.
Guerras sin fin, el asedio de las ciudades asociadas con ellas, la devastación, el hambre también se cobraron muchas vidas. No es de extrañar que tantas obras de arte se dedicaran a deshacerse de tales desastres. Y todos los artistas del Renacimiento del Norte de alguna manera reflejaron este tema.
El arte medieval es generalmente muy simbólico. Tradicionalmente, la muerte se representaba como un terrible esqueleto o una anciana con una guadaña en sus manos, ya que la muerte “cortaba” a las personas indiscriminadamente. La muerte apareció inesperadamente y no hubo escapatoria de ella.
En la película “La chica y la muerte” se muestra un momento así. Una joven floreciente de repente se encuentra en manos de la muerte, que ya ha logrado capturar su beso fatal. Lágrimas de desesperación brotaron de los ojos de la víctima…