Según Dionisio el Areopagita, los arcángeles pertenecen a los poderes celestiales que están muy cerca del mundo terrenal y del hombre.
El jefe de la hueste celestial, el Arcángel Miguel. Su nombre significa “quien, como Dios”. En las nubes verdosas, el Arcángel Miguel cae rápidamente sobre Satanás.
En su mano derecha, agarra el asta de la bandera de la victoria.
La tela blanca con una cruz roja, las manchas escarlatas de las vestimentas que fluyen del arcángel crean una atmósfera festiva. Llama la atención la espectacular bravura de los movimientos del comandante del arcángel. Su figura dominante divide a los arcángeles en dos grupos.
Algunos de ellos con sus atributos: así, Rafael sostiene la mano de Tobías con el pez.
Arriba, desde el semicírculo de nubes oscuras, eclipsa la hueste celestial de anfitriones. Este ícono europeizado en composición y rendimiento puede atribuirse a la cantidad de monumentos significativos del llamado estilo de compromiso.