La Sra. Cezanne se sienta inmóvil en una silla tapizada en Marruecos amarillo. Su rostro con ojos almendrados y una correcta nariz parece una máscara. Y solo las manos dan señales de vida. La señora Cézanne se ha acostumbrado al papel de esposa y modelo, y transfiere todo sin quejarse.
En la imagen no hay nada que pueda decir sobre la individualidad, los gustos de esta mujer, su estado de ánimo y sus pasiones.
Tres veces, Cézanne escribió un retrato de su esposa en esta silla, y los tres retratos fueron pintados en un período muy corto. Las imágenes parecen ser ejercicios del artista en el uso de tres colores primarios: rojo, amarillo y azul.
El rostro de una mujer está representado con una gran variedad de tonos y sombras. La mujer no tiene joyas ni sombrero, y su vestido, aunque modesto, no está destinado para el trabajo. Esta es una dama de la sociedad burguesa en un entorno típico, sin adornos ni excesos.