Este trabajo fue realizado por Paul Cézanne en 1868. La trama de la imagen es considerada por muchos como inclinada al culto de Wagner, quien en ese momento se apoderó de las mentes de los jóvenes franceses.
El objeto principal de la imagen es una niña tocando el piano. En la imagen no hay variedad de planes, todos los objetos y eventos están en uno cerca del plan del espectador. El piano está representado por grandes y grandes trazos.
Si el espectador observa cuidadosamente la imagen, podrá notar que casi toda la imagen se realiza con trazos tan amplios. La imagen es muy brillante, no carga, no evoca malos pensamientos.
Las personas representadas en la imagen, se ven completas, gracias a que esta imagen se ve como una, sin causar ninguna pregunta del público. A pesar de la extraña iluminación, la chica que toca el piano está representada de manera vívida y vívida, está claro que la artista valió mucho esfuerzo. El instrumento musical se representa muy creíblemente, parece natural.
El lienzo está lleno de paz y tranquilidad. Al ver la imagen, el espectador no tiene emociones negativas, como en otras imágenes brillantes y positivas. Este trabajo es solo pacificante.
La composición de la pintura se construye con mucha calma, incluso el hecho de que la mujer detrás del pianista parece bastante triste y sombría no viola la pacificación de la pintura.
Si pasamos a la historia, podemos decir que este lienzo es uno de los últimos trabajos de Cézanne en el género de los retratos y las escenas cotidianas. Hay dos personas en la imagen, pero si te fijas bien, puedes ver que hay una silla detrás de la niña, donde no hay nadie, y una silla grande, que también está vacía, está de regreso al espectador. Estos momentos evocan pensamientos de soledad, impregnando todo el espacio de la habitación representado.
Incluso a pesar de este subtexto, el ambiente de la pintura es bastante agradable y familiar, el artista pudo lograrlo mediante el uso de tonos pastel.
Existe el hecho de que, antes de crear esta imagen, Cézanne escribió otras dos variaciones de esta trama, pero, por desgracia, esas lonas no se conservaron. El artista se distinguió por la obstinación y continuó trabajando hasta que recibió exactamente la imagen que quería ver. Por el momento, este lienzo está en la ermita.