Pintura del pintor francés Jacques Louis David “El juramento de los Horacios”. Tamaño de la pintura 330 x 425 cm, óleo sobre lienzo. La pintura El juramento de los Horatii encarna más vívidamente los principios del clasicismo revolucionario.
Revela las contradicciones irreconciliables y trágicas entre el deber cívico y los sentimientos personales de las personas. La trama de la imagen está tomada de la antigua leyenda romana. En el período de la lucha de Roma con Alba Longo, los tres romanos, hermanos del género Horatii, debían ir a un duelo mortal para decidir el resultado de la lucha entre las ciudades enfrentadas.
Los oponentes de los Horatii son amigos de su infancia. Uno de ellos está comprometido con la hermana de los Horatii. Al ir a una batalla mortal, los hermanos hacen un juramento a su padre para proteger a la patria. Inamovibles y decisivos están en su noble impulso, subrayados por la unidad de gestos energéticos amplios.
El padre los bendice por una hazaña. Los héroes de David están libres de contradicciones y dudas. Sus pasiones están subordinadas a la voluntad y la inteligencia. Van a la batalla, creyendo en el triunfo de la justicia.
En el fondo a la derecha hay un grupo de mujeres que lloran; solo sombrean y complementan el leitmotiv: todo lo personal debe ser sacrificado al deber cívico.
La idea del trabajo se expresa con extrema claridad y concisión. La división en tres partes del fondo arquitectónico con columnas toscanas enfatiza la división semántica de la composición. El espacio comprimido, la construcción en bajorrelieve, el ritmo medido con calma contribuyen a la identificación de la naturaleza heroica dura.
Los principales medios de expresividad artística en la creación de imágenes: un gesto claro y conciso, un dibujo estricto con energía subrayada, un modelado de corte claro, un color que complementa las características, brindan una asombrosa integridad a la solución general.
“El Juramento de los Horacios” es una imagen extraña y maravillosa: extraña debido a cierta incertidumbre sobre lo que todavía nos dice. Su lugar en la historia es inmenso: anticipó los estados de ánimo que se alzaban en la sociedad y articulaban su esencia con claridad. David dijo que tomó el complot de Corneille y la forma de Poussin. Habiendo estado en la presentación de la tragedia de Pierre Corneille “Horace”, hablando del conflicto entre el amor y el deber, David eligió por primera vez el episodio donde Horace, condenado por el asesinato de la hermana de Camille, es defendido por su padre y el pueblo romano. Los amigos desanimaron a David de esta historia, que no reflejaba, en su opinión, ningún estado de ánimo particular de la época.
David declaró que elegiría el momento anterior a la batalla cuando el viejo Horace haga un juramento a su hijo para conquistar o morir, momento que el artista solo podía presumir.
Para la escena de juramento heroico, se necesitaba una composición apropiada, y se encontró un ejemplo histórico adecuado: Bruto, que hace un juramento de venganza sobre el cuerpo deshonrado de su hermana Lucrecia. El autor de la composición fue el fundador del neoclasicismo escocés Gavin Hamilton. Más tarde, surgirá otro préstamo francés de este tema que alimentó el sentimiento patriótico. Reflexionando sobre su foto, David vio el lienzo de Poussin “Secuestro de las mujeres sabinas”, y una de las imágenes le sorprendió: la figura de la izquierda, que se convertirá en la base de su nueva composición.
David tomó otras figuras, una de las hermanas con una lanza, la anciana y la sufrida Camila, de otras obras. David aumentó el impacto de la trama, combinando las figuras en su sonido triple delgado y poderoso.
Los aspectos semánticos del cuadro El juramento de los horarios creado por David fueron más complicados que en la escena con Bruto, quien desterró al vicioso gobernante Tarquinius. Al menos, la aparente analogía con otro Bruto más famoso, que prometió matar a César y crear una república, también es leído por David. Gracias a las amplias asociaciones y la convincente transferencia del estado de ánimo que reinaba en la imagen, David, con su inmensa ambición, logró crear una imagen-símbolo: la personificación de un valor cívico ilimitado.
El juramento de los Horatii es el mito histórico de un juramento que nunca hicimos o del que no sabemos nada. Esta imagen es ideal y, en esencia, abstracta: la imagen de la determinación y, en última instancia, la imagen de la revolución, el único ejemplo de cómo el trabajo de la imaginación artística está a la par con los factores que determinan el curso de la historia.