La pintura “Judith” fue pintada por el artista veneciano Giorgione, la fecha aproximada de creación es 1504. El tamaño del cuadro es de 144 x 67 cm, madera, óleo, transferido a lienzo. La obra de la artista “Judith” está dedicada a la famosa historia bíblica.
En la pintura de Giorgione, la heroína que mató a Holofernes inesperadamente no aparece como beligerante, sino pensativamente tierna.
En esta famosa obra del artista se encuentra la expresión de la misteriosa complejidad del mundo espiritual interior del hombre, que se esconde detrás de la aparentemente clara belleza transparente de su noble apariencia. La pintura “Judith” es una composición formal sobre un tema bíblico. Además, en contraste con las pinturas de muchos quarternistas, es la composición sobre el tema, no su ilustración.
Es característico que el maestro no represente un momento desde el punto de vista del desarrollo de un evento, como solían hacer los maestros de Quattrocento. Contra el telón de fondo de un paisaje tranquilo, como un atardecer claro, a la sombra de un roble, recuéstese pensativo en la balaustrada, delgada Judith. La ternura suave de su figura en contraste está sombreada por una matriz del tronco de un árbol poderoso.
La ropa suavemente escarlata se perfora con un ritmo de pliegues inquietantemente quebrado, como por un eco lejano de un torbellino de barrido. En su mano sostiene una gran espada de doble filo sostenida por un extremo afilado en el suelo, cuyo brillo frío contrasta directamente con la flexibilidad de la pierna semidesnuda que pisotea la cabeza de Holofernes. Una media sonrisa escurridiza se desliza sobre el rostro de Judith.
Esta composición, al parecer, transmite todo el encanto de la imagen de una mujer joven, fríamente hermosa y clara, que se hace eco, como una especie de acompañamiento musical, de una claridad suave de naturaleza pacífica.
Al mismo tiempo, el filo frío de la espada, la inesperada crueldad del motivo, el tierno pie desnudo que pisotea la cabeza muerta, da una sensación de vaga ansiedad y ansiedad a este estado de ánimo aparentemente armonioso, casi idílico. En general, el motivo dominante, por supuesto, sigue siendo la pureza clara y tranquila de un estado de ánimo de ensueño. Sin embargo, la felicidad misma de la imagen y la misteriosa crueldad del motivo de la espada y la cabeza pisoteada, la complejidad casi rebelde de este estado de ánimo ambivalente, deja al espectador moderno en una confusión.
Pero los contemporáneos de Giorgione, aparentemente, se vieron menos afectados por la brutalidad del contraste, más que atraídos por la transmisión sutil de los ecos de tormentas lejanas y conflictos dramáticos, contra los cuales fue particularmente aguda la adquisición de una armonía refinada, un estado feliz de un alma humana soñadora y soñadora.