La misteriosa y romántica figura del joven jinete causó más controversia que cualquier otra pintura de Rembrandt, cuya controvertida autoría es solo una de las ambigüedades asociadas con este trabajo.
Un sombrero y un caftán adornados con pelaje parecen de Europa del Este, pero tal vez esto sea solo otra excursión a la mascarada teatral. Si es así, entonces la imagen está relacionada con Polonia no por trama, sino solo porque posteriormente fue adquirida por los polacos.
Por otro lado, un hecho intrigante: en 1654, en Ámsterdam, se imprimió un folleto con el nombre de “Caballero polaco” en defensa de la secta radical de los socianos. Hay mucha evidencia de que Rembrandt a veces simpatizaba con el sectarismo. Otro misterio: un caballo muy poco representado. Puede resolverse atribuyendo la autoría de la imagen a algún alumno de Rembrandt, por ejemplo, William Drost.
Esto fue lo que decidió la Comisión del Programa, pero su investigación provocó críticas y en 1993 el Programa dejó de funcionar.