Una de las más grandes impresionistas francesas, Camille Pissarro, nació en las Antillas. Estudió en París, tras lo cual regresó a Santo Tomás. El deseo de pintar hizo que Pissarro huyera a Venezuela, ya que su padre se resistió a la elección de su hijo.
Al final, Pissarro todavía podía ir a París a estudiar pintura. Descubrió con entusiasmo las obras de Ingres, Courbet, Corot.
En 1855 Pissarro ingresó a la Escuela de Bellas Artes, también asistió al estudio Suis, conoció a Monet. Durante estos años, el artista pintó paisajes tropicales, así como los alrededores de París. En 1859, expuso por primera vez sus obras en el salón.
Superando la influencia de Corot, Courbet, Pissarro fue a su propio estilo.
El artista tenía una visión asombrosa: donde el ojo común veía un color, encontraba muchas gradaciones de tonos, tonos de diferentes colores. Pissarro no solo mejoró su arte, sino que también captó con gran sensibilidad todo lo nuevo, interesante y lo incorporó en su trabajo.
Influido por Sulphur y Signac en la segunda mitad de la década de 1880, Pissarro se interesó por el puntillismo, pero en la década de 1890 regresó a su forma anterior. Su tema favorito era el paisaje urbano. Otras obras famosas: “Puente grande en Ruán”. 1896. Instituto Carnegie, Pittsburgh; “Boulevard Montmartre en París”.
1897. Ermita, San Petersburgo; “Opera de viaje en paris”. 1897.
El Museo Pushkin de Bellas Artes. A. S. Pushkin, Moscú.