Claude Monet pintó el cuadro “Iris” de 1914 a 1917. Fue un verdadero maestro de los paisajes, un eminente impresionista. Muy a menudo iba a trabajar al aire libre, la mayoría de sus obras fueron creadas en un ambiente animado.
El artista opinó que el trabajo en la naturaleza se suma a las pinturas de la vivacidad y la dinámica. Si los escribe mientras está sentado en el taller, puede perder muchos detalles importantes y no podrá lograr el efecto natural que puede obtener en la vida. Cuando trabaja en casa, el artista sabe de antemano cómo se verá lo que iba a pintar, y en la vida pueden suceder cosas inesperadas que pueden cambiar drásticamente el panorama general.
Monet inventó muchas de sus propias técnicas y métodos que lo ayudaron enormemente a crear sus lienzos. Muchos otros pintores utilizaron su consejo. En el proceso de escribir imágenes, siempre trató de distraer a todos los forasteros, estaba completamente imbuido del objeto de la imagen y, cuando tuvo alguna impresión, lo transfirió al lienzo.
La impresión es la encarnación de los pensamientos del artista sobre el tema, que él considera.
Este lienzo muestra hermosos iris. Se asemejan a un mar, seduciendo su profunda belleza. El paisaje tiene muchos tonos de púrpura y azul, que se combinan perfectamente y se combinan entre sí. El artista específicamente, como de costumbre, no hace contornos claros y pequeños detalles. La expresividad de la imagen viene dada por los grandes y volumétricos trazos con los que se realiza, se asemeja a la técnica Impasto.
Los iris hechos con tales trazos se ven fabulosos y aireados.
La tarea principal de Monet no era la claridad de las fronteras de los objetos representados, sino la transferencia de la impresión actual de ellos. Si miras la imagen, puedes ver que solo unas pocas flores se muestran en detalle. En su trabajo, las flores simbolizan el abismo, que atrae a todos los que están observando su belleza.
El artista siempre ha sido un maestro en la selección de colores, que en cada imagen sorprenden al público con sus nuevas combinaciones. Pasa cada tono a través de sí mismo, siente todos los colores, conoce todas sus ventajas y desventajas, todo esto lo ayuda a crear obras tan sorprendentes. A Monet no le gustaba centrarse en ningún detalle en particular, creía que tenía que tomar el cuadro completo.
Esto ayudará al espectador a ver la pieza impresa del mundo a través de los ojos del artista, a sentir sus emociones incrustadas en el lienzo.