En la pintura Beating the Babies, nada recuerda la historia del evangelio. La acción tiene lugar en un conocido pueblo flamenco de Bruegel, que fue atacado por los soldados del duque de Alba. Las personas en el lienzo están representadas por una masa indefensa, sin rostro, incapaz de ofrecer resistencia a los soldados extranjeros armados con púas.
En todos los planes, vemos lo peor que puede pasar: las personas armadas irrumpen en los hogares de los residentes y seleccionan bebés. Alguien está consultando, alguien está mirando por la puerta. Alguien ya se ha llevado al niño guerrero.
Pero el caballero se para y orina tranquilamente en la pared de la casa, para él matar a niños inocentes no es nada especial, es una rutina diaria. La pena en los ojos de los padres, pero nadie interfiere. La madre intenta huir, pero un jinete con un perro y un guerrero con una espada ya están corriendo tras ella, pero la mujer se lamenta por el niño muerto.
Aquí la escena es muy controvertida, pero por alguna razón me parece que por la postura de un hijo más adulto, la mirada suplicante del padre y su gesto de señalización, él propone intercambiar el bebé por ella, pero el guerrero no está convencido, solo necesitan niños, y no entiendes porque Los amigos evitan que el padre, con el corazón roto, se pelee con un guerrero.
El aldeano le pide al jinete, que regresó de la caza, que interceda por los plebeyos, pero él no hace nada. Cerca de la casa, un hombre le dice a una mujer con un bebé que puedes correr ahora mismo, ya que no hay ningún guerrero en la calle; acaba de entrar en la casa. En el centro vemos el lugar. donde los niños son llevados y donde los caballeros los lanzan.
Un hombre con una barba larga, vestido con ropas completamente negras, Herodes, está observando todo esto. Está rodeado por caballeros lanceros. Una característica también es importante aquí: preste atención a la bandera. Este es el escudo de armas de los cruzados, la cruz de la Orden del Santo Sepulcro…
Este hombre es muy similar a Alba, el rey Felipe II, a quien Bruegel compara con Herodes.
Bruegel tiene dos versiones de la imagen: una con terribles escenas del asesinato de bebés por los españoles, la segunda con un robo en las aldeas, donde los bebés son reemplazados por aves domésticas. Pero no importó cuánto intentara disimular el artista, por el bien del cliente, las escenas sangrientas de los asesinatos, los mangos de los muertos eran visibles desde debajo de las aves domésticas.