Esta foto de Stubbs fue ordenada por Sir George Pigo, ex gobernador general de Madras. Durante su permanencia en este puesto, ahorró una gran fortuna y, al regresar a Inglaterra en 1764, se convirtió en miembro del parlamento y luego en par, al recibir el título de Lord Patschall.
Las dificultades financieras obligaron a Pigo a regresar a Madras en 1774, donde tres años más tarde fue asesinado en circunstancias poco claras. En 1764, mientras estaba en Inglaterra, Pigo le presentó al rey Jorge III su guepardo cazador y dos indios que se suponía que debían cuidar a los animales.
El rey trató con cautela el regalo de Pigo y envió el guepardo al duque de Cumberland, el gerente de la familia real. “Un guepardo y un ciervo con dos indios” es sin duda uno de los mejores trabajos de Stubbs, sin embargo, ella le dio una gran cantidad de problemas.
Por orden del duque de Cumberland, el artista organizó “casi una verdadera cacería”, para que él pudiera ver en detalle cómo un gato salvaje ataca a su presa. Se suponía que dos indios debían incitar al guepardo en un ciervo que estaba en la pluma.
La aventura terminó en una vergüenza: el ciervo no temía en absoluto al depredador y la ahuyentó tranquilamente con sus cuernos. Fiel a su principio de “retratar lo que ves”, Stubbs escribió un ciervo en una postura serena y despreciativa. Uno de los descendientes de Pigo “corrigió” un poco la figura de un ciervo, y solo recientemente los restauradores le devolvieron su aspecto original.