Las imágenes de Chirico confunden incluso al espectador moderno, tentado por las innovaciones artísticas. Están sorprendidos no solo por el misterio de las disposiciones, sino también por la frecuente distorsión de la escala, gracias a la cual las cosas familiares adquieren un sonido completamente inesperado.
La pintura “Canción de amor”, 1914, representa un busto y guante monumental, y el guante es comparable en tamaño a la estatua, y ambos objetos, respectivamente, con una pared de un edificio arqueado.
Tales distorsiones también surgen en las obras posteriores del artista, por ejemplo, en el lienzo “Frutas en un paisaje”, las frutas en primer plano rompen todas las leyes de la perspectiva. De Chirico usó esta técnica varias veces, enmarcando, por ejemplo, el paisaje con los muebles de la habitación o colocando toda la casa dentro de la habitación.