La pintura “El árbol de durazno en flor” Van Gogh escribió en 1888. Unos meses antes se mudó al sur de Francia, en la ciudad de Arles. Primavera en esta área tan encantada de Van Gogh, que pintó incansablemente.
La imagen “Melocotonero en flor”, como casi todos los paisajes de ese período, escribió Van Gogh desde la vida. Trabajó al aire libre, sin prestar atención a la lluvia, al viento frío de primavera. El artista escribió en sus cartas que estaba fascinado por los jardines de Arles.
La imagen está escrita de manera impresionista. Van Gogh buscó maximizar la relación de patrón y color para transmitir con mayor precisión el estado de la naturaleza. Los trazos de pincel son aleatorios y caóticos.
Los contornos son más bien borrosos, no tienen contornos claros y, debido a esto, la imagen parece inusualmente aireada y natural.
En primavera, el cielo azul se pone de manifiesto por los colores de luz verde-amarillo de la tierra. En el fondo se ven árboles, y el color rojizo de sus ramas indica que los brotes ya han comenzado. Todo el primer plano está ocupado por un frágil melocotonero.
La blancura de sus colores, las onduladas sombras azules, la sutileza de sus contornos, todo esto crea una sensación de soleada primavera.
Van Gogh escribió más de una vez árboles florecientes de primavera, pero la pintura “Peach Tree in Blossom” es considerada la mejor de esta serie.