Cuando llegó a la Academia de Artes de San Petersburgo, un talentoso siberiano, Vasily Surikov no solo comprendió la sabiduría técnica del arte para elaborar su propio estilo, sino que también buscó los temas de su trama. Una de las aficiones del pintor en los años de aprendizaje – Historia antigua.
“The Feast of Valtasar” – la primera imagen brillante, ya “adulta”, por la cual el joven artista recibió el primer premio. Belsasar es el héroe del libro bíblico de Daniel, el último gobernante caldeo de Babilonia. Su famosa fiesta pasó a la historia, cuando el rey usó las vasijas sagradas de Jerusalén, en las que él y sus invitados recibieron bebidas y comida.
En medio de la diversión, los invitados en la pared notaron la repentina aparición de la inscripción: “menos, menos, tekel, uparsin”, que significaba “calculado, calculado, pesado, dividido”. De esta manera, el Señor señaló a Belsasar sobre su muerte inminente y el colapso de su reino. Es en este momento cuando los invitados de banquetes notan las misteriosas y proféticas palabras y representan a Surikov.
En primer lugar, la composición de la imagen llama la atención: la trama de varias figuras se distingue por su armonía y ritmo. Más tarde, el propio artista recordó que durante sus años de estudio dedicó una parte considerable de su tiempo a la composición, por lo que recibió el apodo de “compositor”.
En el centro de la imagen – Valtasar, rodeado de concubinas, sirvientes, sacerdotes y guardias. Al ahogarse en un lujo llamativo, se siente el soberano del mundo. Sin embargo, toda esta bacanal viva con doncellas semidesnudas, invitados borrachos, músicos y animales exóticos se congela repentinamente en su lugar, mirando a la pared opuesta, donde brillan las inscripciones que solo el profeta judaico Daniel puede descifrar.
Y ahora, a los ojos de quienes festejan, se siente claramente el horror, se voltean las jarras de vino, todo está en silencio, y el relámpago brillante que brillaba sobre la ciudad solo fortalece la sensación de miedo y roca.
Muchos críticos de arte se inclinan a ver signos de academicismo en este lienzo, pero la huella que se manifiesta del estilo temperamental “Surikovsky” ya se puede distinguir. Surikov observó que el período histórico más interesante en aquellos años era el momento en que el cristianismo comenzó a prevalecer sobre las ruinas del gran Imperio Romano Antiguo, y esta obra solo confirma este tremendo interés del pintor.