La pintura medieval está llena de simbolismos diferentes. La peonía, una flor de jardín común en nuestro tiempo, simbolizaba la trinidad de Dios en pinturas o altares religiosos, era la “Rosa de la Trinidad”, una rosa sin espinas. En la Edad Media, las propiedades curativas y milagrosas más fuertes se atribuyeron al pión: en particular, la capacidad de curar enfermedades mentales y desviar conspiraciones malvadas.
Considere la hermosa acuarela de Shongauer, una rama de peonías en flor. No hay desenfoque de acuarela inherente y transparencia de colores. Uno siente la mano del grabador, y el artista ha logrado volumen, luz y sombra, ha transmitido la textura del material.