Las pinturas de Claude Monet ganaron enorme popularidad entre la audiencia y se hicieron reconocibles en todo el mundo. Sus obras son diferentes de las otras en que el artista las escribió en su propio estilo particular, desarrolló una técnica especial para ellas. Monet fue uno de los fundadores del impresionismo, por lo que conocía todas las sutilezas de este estilo.
Siempre inventó nuevas técnicas para lograr una trama más realista en sus obras.
En 1887, el artista decidió escribir una serie de pinturas que representan una estación ferroviaria parisina. Así, el primero de esta serie fue el cuadro “Station Saint Lazard”. Esta serie consistió en 12 pinturas que representan la misma estación, pero en diferentes intervalos de tiempo, algunos de los cuales fueron años, en diferentes momentos y desde diferentes ángulos. Cuanto más reciente es la imagen, más moderna se volvió la estación, porque con el tiempo, todo cambió.
En esta imagen, el espectador ve la versión más antigua de esta estación.
La estación de la imagen está cubierta por la niebla de la mañana, que mezcla el humo de los trenes. El espectador puede ver tres trenes, alrededor de los cuales multitudes de personas están listas para tomar un vuelo. Pero es bastante difícil considerar a las personas en detalle, ya que la niebla es demasiado espesa.
En la imagen puedes considerar más o menos claramente la figura de un hombre con sombrero, otras personas son demasiado vagas.
En la parte superior de la imagen se puede ver el techo alto de cristal de la estación, que está en reparación. Abajo están los rieles, que pasan diariamente docenas de trenes. En el fondo incluso se pueden ver los contornos de la ciudad, casas altas. Monet siempre lleva mucho tiempo eligiendo los colores para sus pinturas, pero al final resultaron excelentes.
Este lienzo está hecho en colores brillantes y cálidos, solo los trenes con sus siluetas oscuras se destacan del resto de los objetos.
En pinturas posteriores de este ciclo, el artista comenzó a representar cada vez más claramente, la gente podría ser bien considerada. La primera imagen de niebla se parecía al comienzo del día con su niebla de la mañana, simbolizando el comienzo del ciclo de imágenes. La imagen, descrita en este artículo, se encuentra en el Museo d’Orsay en París. Algunas de las pinturas de este ciclo son compradas por personas desconocidas y se guardan en sus colecciones privadas.
Las mismas pinturas que no se vendieron están dispersas por los museos de todo el mundo, desde Japón hasta Italia.