Aquí Sikkert capturó la estación de metro no muy lejos de su propia casa de Londres. Irónicamente, el lienzo fue para Roger Fry, con quien Sikkert compitió en el campo de la “organización del arte”. Se sabe que Fry dijo: “Esta imagen colgará sobre mi chimenea, como la piel de mi rival de muchos años”.
El momento de la eternidad El notable pensador ruso VV Rozanov escribió: “El significado no está en el Eterno; el significado está en el Instantáneo”. Quizás las mismas palabras que Sickert podría haber dicho. Sin nada, sin momentos que huyen entre sus dedos como gotas de agua, es imposible que una persona conozca el Eterno.
Entendiendo esto, Sikkert habló sobre la grandeza de la “pintura momentánea”, sobre su capacidad para “reciclar sin esfuerzo cualquier cantidad de material objetivo”.
Pero esto no significa que viera su tarea del artista en “la fijación del minuto extremadamente precisa y desapegada”; no, para esto ya existían dispositivos fotográficos. En un instante, Sikkert intentó ver qué había detrás de él. Después de todo, cada momento no existe por sí mismo.
Cada uno es un pequeño grano de arena de la eternidad. Es bueno, malo, hermoso o feo, pero es insustituible, único, y por lo tanto no tiene precio.