Durante un corto período de 1894 a 1895, Korovin creó toda una serie de pinturas dedicadas a los paisajes invernales del norte y centro de Rusia. “Invierno” – una de estas obras, expuesta hoy en la Galería Tretyakov.
La coloración de la imagen es modesta, sin embargo, cada color de Korovin resulta ser algo voluminoso y rico, al igual que la letra texturizada del pintor. La composición se construye en diagonal.
En el centro de la parcela – la choza campesina habitual, cubierta de nieve blanca. Todo respira literalmente la vida rural medida: una cerca inclinada, un patio cubierto de nieve, un caballo, listo para llevar a sus amos a alguna parte. En la distancia, una franja de bosque es visible, haciéndose eco de abedules desnudos delgados en primer plano.
El autor también logró retratar la sutil bruma del aire fresco y helado que oscurece todo el paisaje sin pretensiones.
En el primer plano vemos un caballo oscuro y sumiso enganchado a un trineo. El caballo de campo se para en silencio en el patio, esperando habitualmente a su dueño, que está a punto de aparecer desde la cabaña.
La imagen digital no es capaz de transmitir otra recepción única de Korovin junto con la neblina escurridiza del aire helado: este es el brillo de la madre de perla blanco sobre el lienzo, obtenido mezclando gris y blanco en sus diversos tonos cálidos y fríos.
Los críticos de arte moderno notan que uno no debe subestimar esta trama sin pretensiones de la imagen de invierno de Korovin. En primer lugar, su actuación está más allá de todos los elogios, y en segundo lugar, esta imagen, junto con otros lienzos “de vaca”, se convirtió en el punto de partida de muchos pintores de paisajes famosos del futuro, como Levitan y Serov.