Es fácil perderse en el bosque de cuento de hadas, donde los hongos se parecen a las copas de helado, y las frutas dulces de algodón y crema secas al aire, donde crecen las flores de chocolate y caramelo, crecen en los árboles.
En los lados de la imagen, los caramelos largos en envoltorios blancos y rosados cuelgan tentativamente, y los gladiolos rojos son tan enormes y suaves que se inclinan bajo el peso de sus dulces inflorescencias.
En este bosque inusual, una niña deambula en la pintura de Will Cotton “En el bosque de Toffee”, y la artista fotorrealista estadounidense, junto con sus jóvenes modelos, crea este mundo fantástico y alegre en sus lienzos.