Sin pretensiones, pero un paisaje tan espiritual: la vista desde el balcón de su casa en Tarusa. Borrosa dio niebla de otoño, dando vueltas. Hojas doradas vuelan hacia la galería.
Detrás de las columnas grises y una balaustrada, detrás de las manchas rosadas y de color amarillo verdoso, brilla una franja de Oka.