Este trabajo se encuentra en una serie de pinturas sobre un tema religioso, escrito por K. Malevich alrededor de 1906-1908. Son pequeñas en tamaño, hechas con témpera o gouache y tienen una fuerte connotación de simbolismo y modernidad.
La imagen tonal evita los contrastes, los sonidos apagados, de ahí el sentimiento de lo sagrado, la intimidad de lo que está sucediendo. Todo el espacio está inundado de color dorado brillante. Aquí está el diálogo de los justos con el Señor, quien por su gracia cubre todo el mundo. .
La composición es simple, simétrica, dando una sensación de claridad y paz. Thomas es ligero, como si se balanceara en el éxtasis espiritual. Los ojos de los personajes están cerrados, están inmersos en la contemplación, dirigidos hacia la fuente de la dicha eterna.
Esta es una continuación de la búsqueda de la forma de un cuadro religioso moderno. Una experiencia similar se encontró en Francia en el trabajo del grupo Nabi. Paul Séruzier, por ejemplo, recurrió a las técnicas compositivas de la pintura medieval, y Maurice Denis transfirió los personajes de las escrituras a su mundo contemporáneo.
El arte religioso, que en Rusia tenía imágenes de cánones difíciles, buscaba obtener las características de la percepción personal. K. Malevich resultó obras muy cálidas y brillantes. Y el nuevo mundo soviético ya está muy cerca, y tal investigación pronto será prohibida.