El interrogatorio comunista – Boris Ioganson

El interrogatorio comunista   Boris Ioganson

El cuadro del más grande artista soviético B. V. Ioganson, “El interrogatorio de los comunistas” nos lleva a la sede de los blancos. Hay un interrogatorio. Frente a los oficiales de la Guardia Blanca, brutales a su odio, hay hombres y mujeres jóvenes. Detrás de la guardia.

Fuera de la ventana azul indiferente de la noche. Parece que no hay salida. Y al mismo tiempo, vemos el triunfo de la victoria de estas personas que luchan por la liberación y la felicidad de su gente.

Están de pie con calma, incluso majestuosamente frente al enemigo. La juventud, la confianza, el poder de la justicia los hacen ganadores, a pesar del hecho de que esperan su muerte.

Ante un hombre, tal vez sea comisario de un destacamento de marineros, una leve sonrisa desdeñosa. La mujer, que nos recuerda la ametralladora Anka del libro “Chapaev” de Furmanov, sin inmutarse, mira atentamente a los Guardias Blancos. Quizás solo las manos cerradas hablan de fuerte tensión emocional.

La calma externa y la gran dignidad interior de los jóvenes comunistas se oponen al desorden del campo enemigo. Sus posturas son nerviosas, inquietas, angulares. Y una ola de satisfacción se eleva en nuestra alma: junto con el artista, sentimos el final, la perdición de la Guardia Blanca.

Los que ahora están condenados a muerte son más fuertes que los que los juzgan.

El artista mostró un momento dramáticamente dramático en la imagen, cuando un choque de representantes de dos sistemas sociales diferentes condujo a la identificación de la esencia del hombre: una crueldad brutal por un lado, y el heroísmo por el otro. Este es el momento de la prueba más alta de la persona humana. Y no hay mayor proeza que la de las personas que sacrifican sus vidas en nombre de la verdad y la justicia en la tierra.

La intensidad de lo que está sucediendo corresponde al color de la imagen.

Alfombra roja, piso alfombrado, como el reflejo de la conflagración que envolvió al país. Una mancha roja en el pecho de una mujer, ya sea una bufanda o una camiseta, visible desde debajo de un abrigo de piel de oveja, se ilumina como un pedazo de una pancarta escarlata en la que los comunistas son verdaderos. Los tonos rojizos contrastan con el azul de la noche fuera de la ventana. El uniforme azul verdoso de una de las guardias blancas se saca con un punto brillante, al igual que el dorado de la silla.

La audaz consonancia de los colores, los contrastes de la iluminación, desde deslumbrantes hasta sumerturas negras, son temperamentales, la pintura libre y jugosa corresponde a la tensión de los sentimientos de los personajes, al climax cada vez mayor de la acción.

El propio artista habló sobre la idea de su lienzo “Interrogación de los comunistas”: “Los rojos vienen y deben aplastar a los blancos”.

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (2 votes, average: 3.00 out of 5)