Infantemente ingenuo y romántico, Rousseau atraía constantemente tierras misteriosas, una naturaleza salvaje e inexplorada, y el tema de la jungla ocupó el lugar central de su trabajo durante muchos años, haciéndolo conocido no solo en casa. Cabe destacar que el artista solo rumoreaba visitar México, aunque no fue más lejos que Francia y el Jardín Botánico de Moscú.
“Ataque en la jungla”: la primera imagen con la que Rousseau comenzó a marchar triunfalmente hacia la cima creativa; comienza un ciclo llamado “La selva”, que duró más de 15 años, aunque después de este trabajo, regresó al tema de la selva solo unos años más tarde.
La Academia de Pintura y Escultura no aceptó el trabajo, por lo que el artista lo colocó en el Salón Independiente, habiendo escuchado esta vez no solo la burla tradicional, sino también las respuestas positivas de críticos individuales que encontraron profundidad y complejidad en el trabajo. Para el salón, el autor le dio el nombre “¡Sorpresa!”. .
El autor trabajó cuidadosamente en el lienzo, tratando de transmitir los colores ricos de la selva lo más vívidamente posible, y también para crear la sensación de una lluvia torrencial; incluso logró descubrir su propio método que le permite hacerlo con pintura plateada. El nombre “Sorpresa” sugiere que la caza de la bestia fue exitosa, aunque según la declaración del propio Rousseau, el tigre iba a atacar a los investigadores.