El folklore – una de las fuentes de creatividad más importantes de Bruegel. Muchas de sus pinturas y grabados son una “pintura” elemental de refranes populares, refranes, etc. Este tipo de arte era extremadamente común en los Países Bajos y está disponible para casi cualquier persona, en la forma de los mismos grabados baratos en madera.
La actitud del artista hacia tales temas cambió con el tiempo. La imagen de los Doce Proverbios, formada por paneles, se puede ver como preparatoria de la famosa obra Proverbios holandeses, en la que episodios separados se combinan en una gran composición. En este caso, Bruegel se centró en el grabado de Frans Hohenbergen “Blue Cap”.
Al imitarlo, el artista creó más de cien grabados que ilustran los proverbios, pero todo el trabajo no salió de allí, se rompió en piezas separadas; además, tenían poco en común con la realidad. Más tarde, en Bruselas, Bruegel finalmente encontró un dispositivo que lo ayudó a superar estas deficiencias. Se dio cuenta de que la imagen sería más efectiva si uno “explotara” las fronteras puramente folclóricas, para que sea multicapa, de una manera oculta conectada con la modernidad.
Como resultado, sus pinturas posteriores de esta serie se convirtieron en lienzos monumentales y profundos en su significado, como The Forty on the Gallows, 1568.