Para 1935, después de haber escrito muchos retratos de V. I. Lenin, I. V. Stalin y otros líderes soviéticos, A. M. Gerasimov se trasladó a los más grandes maestros del realismo social. Cansado de luchar por el reconocimiento oficial y el éxito, se fue a descansar a su nativa y querida ciudad, Kozlov. Aquí se creó la Terraza Húmeda.
La imagen se originó con la velocidad del rayo, se escribió dentro de tres horas. Sin embargo, la imagen que surgió espontáneamente no fue escrita por casualidad. El motivo pintoresco de la lluvia fresca de la naturaleza atrajo al artista durante los años de estudio en la Escuela de Pintura. Consiguió mojar objetos, techos, caminos, pasto.
Alexander Gerasimov, quizás sin darse cuenta, fue a esta imagen durante muchos años y en secreto quería ver de primera mano lo que ahora vemos en el lienzo.
De lo contrario, simplemente no podría prestar atención a la terraza bañada por la lluvia. En la imagen no hay tensión, no hay piezas reescritas y trama inventada. Realmente está escrito en una respiración, tan fresco como la respiración de follaje verde lavado por la lluvia.
La imagen impresiona con espontaneidad, en ella se aprecia la ligereza de los sentimientos del artista. El efecto artístico de la pintura fue en gran parte predeterminado por la alta técnica pictórica construida sobre los reflejos. “En la terraza yacen los exuberantes reflejos de los verdes del jardín, sobre la superficie húmeda de la mesa: rosáceos, azules. Las sombras son coloridas, incluso multicolores.
Los reflejos de las tablas cubiertas de humedad están fundidos en plata.
El artista usó el esmalte, aplicando sobre la capa seca una nueva capa de pintura: translúcida y transparente, como la laca. Por el contrario, algunos detalles, como las flores de jardín, están escritos en pinceladas de textura acentuada y pastosas. Una nota importante y en relieve contribuye a la imagen de los transmisores, la recepción de la iluminación desde atrás, hasta el punto de vista, las copas de los árboles con algo que se asemeja remotamente a las vidrieras parpadeantes. La mejor imagen de A. M. Gerasimov.
El artista vivió una larga vida, escribió muchos lienzos sobre diferentes temas, por los cuales recibió muchos premios y reconocimientos, pero al final del camino, mirando hacia atrás a lo que se había hecho, consideraba que este trabajo era el más significativo.