El invierno con sus días largos y fríos siempre parece interminable. Y ahora, tranquilamente, temiendo atraer una atención indebida, la primavera se acerca. Los primeros signos de su llegada son los deshielos. Esto no es un indicador de días cálidos, lo más probable es que la humedad del aire frío sea exterior. Y la imagen que se abre tampoco acaricia la vista con el cálido sol.
Pero aún así, este es el comienzo del retiro de ese escalofrío que asustó a todo el invierno. Descongelar – un signo de calor rápido.
A. K. Savrasov no representó nada inusual o tal que sea imposible verlo en cualquier lugar de su lienzo. Pero es en esta simple imagen, familiar para cada uno de nosotros, que reside un tipo especial de calidez y confort. Un pequeño grupo de árboles con aves que, solo al llegar, comienzan a anidar. Charcos de nieve derretida, indicando el comienzo de la primavera.
Varias cabañas modestas con techos de paja crean una atmósfera conmovedora, respirando frescura. Y una pequeña iglesia con una aguja apresurándose. Sí río, haciendo dos vertientes de las orillas.
El personaje principal de la imagen, como yo la veo, es el cielo. Se encuentra sobre casas y árboles en sus mullidas nubes moradas. El cielo mismo parece pesado, bajo su peso y el paisaje se vuelve más sólido, enfáticamente expresivo.
Todo, cada detalle parece significativo y llama la atención.
Me atrajo el acercamiento del artista a la solución del color. Y aunque se eligen colores fríos de colores pastel, la imagen no pierde calidez y sinceridad. Todo respira, tiene un trasfondo emocional, juega con los colores. No hay sol, pero sin él hay expresividad elocuente. Y gracias a esto crea una sensación de ligereza penetrante.
Creí cada detalle, cada golpe de un gran artista. La credibilidad de la imagen muestra la habilidad del autor.