Visiones “El derrocamiento de los pecadores” y “El río del infierno” que Bosch interpreta de acuerdo con las enseñanzas de los místicos, es decir, en términos espirituales. En el tablero “Derrocamiento de los pecadores”, los pecadores que son llevados por los demonios vuelan en la oscuridad. Los contornos de sus figuras apenas están resaltados por destellos de fuego del infierno.
Muchas otras visiones del infierno, creadas por Bosch, también parecen caóticas, pero solo a primera vista, y con una consideración cuidadosa, siempre revelan la lógica, una estructura clara y significativa.
Aquí, cada personaje existe por su cuenta. The Last Judgement es una de las escenas más consonantes con la cosmovisión de Bosch. En las puertas, el Paraíso terrenal es obligatorio, donde, de nuevo, como en el Carro de Hay, Bosch coloca a los ángeles caídos, y al Infierno, infestados de pecadores, de la clase de tormento del cual la sangre corre por sus venas.
En “Las últimas cuatro cosas”, Bosch describió el juicio final de la manera en que se hizo en la Edad Media y en el Renacimiento. La parte abrumadora del espacio fue asignada al cielo y la terrible Nave sentada allí.
En el tríptico vienés, la escena del juicio divino con Cristo en el centro parece ser pequeña, y el número de los elegidos es insignificante en comparación con el cuadro opresivo de la maldita humanidad. La llegada del Doomsday, Dies irae, cuando la Tierra y el Infierno ya no se diferencien entre sí, será el último acorde en la historia de la humanidad, que comenzó con la caída de Adán y Eva y su expulsión del Edén.