Este cuadro, pintado con tinta y acuarela, es parte de un gran ciclo, que Blake trabajó al atardecer de su vida. Blake fue muy honrado por Dante, lo consideró “uno de los más grandes espiritistas”.
En su poema, que lleva al lector a través del Infierno y el Purgatorio al Paraíso, Blake vio el camino del alma humana desde el pecado y la oscuridad, hasta la luz y la pureza. Durante este viaje, Dante, acompañado por Virgil, conoce a sus contemporáneos, personas de edades remotas y personajes de ficción. Al final, ve a Beatrice, su “Bella Dama”.
La pintura de Blake ilustra el primer encuentro de Dante y Beatrice.
Hay que decir que el maestro trató de ilustrar el poema a Dante con la mayor precisión posible y de representar todo lo que el poeta mencionó. Sin embargo, en algunos detalles, todavía se permite “libertades artísticas” y desviaciones del texto. Sin embargo, logró transmitir de manera muy expresiva el deleite (y al mismo tiempo la confusión) que Dante experimentó durante su reunión con Toa, a quien idolatraba