Los contemporáneos llamaron a Francois Gerard “pintor de reyes y rey de pintores”.Tal fama fue traída al maestro por sus retratos de personas coronadas y miembros de la alta sociedad. Sus modelos eran elegantes y estrictos, coquetos y elegantes, valientes y significativos. Un artista talentoso los escribió de la manera que ellos mismos querían verse.
Gerard estudió en la Casa Real de París, luego visitó los talleres de los escultores O. Pajou y N. Bren, y luego se convirtió en alumno del famoso J. L. David. A principios de la década de 1790, el artista, principalmente con fines de ganancias, se dedicaba a la ilustración de libros.
En 1795, Gerard presentó en el Salón una pintura “Belisario cargando a su guía picada por una serpiente” y en el mismo año pintó el retrato “Artista J. B. Isabe y su hija”. Estas obras trajeron fama al maestro. En su obra, Francois Gerard se basó en las tradiciones del clasicismo.
Sin embargo, con la ayuda de un lenguaje estricto de la pintura clásica, reveló temas de espíritu romántico, inspirados no solo en la modernidad y la historia, sino también en los argumentos mitológicos que son habituales en el clasicismo, como en la pintura “Cupido y psique”.
Otras obras famosas: “La batalla de Austerlitz”. 1810. Museo Nacional, Versalles; “La coronación de Carlos X en Reims en 1825”. 1829.
Museo Nacional, Versalles; “Retrato de Josefina, esposa de Napoleón”. 1801.
Ermita, San Petersburgo.