El grabado “Los cuatro ángeles de la muerte” es una ilustración del capítulo 9 del libro “La revelación” de Juan el teólogo:
“Y los cuatro ángeles fueron liberados, cocinados durante una hora y un día, y un mes y un año, para matar a un tercio de la gente. El número de la caballería era dos tinieblas; y oí su número.
Así lo vi en la visión de caballos y jinetes, que tenían armadura de fuego, jacinto y azufre; Las cabezas de los caballos son como cabezas de leones, y fuego, humo y azufre salieron de sus bocas. De estas tres úlceras, del fuego, humo y azufre que salían de sus bocas, un tercio de las personas murieron.
El resto de las personas que no murieron a causa de estas úlceras, no se arrepintieron de sus manos, para no adorar a los demonios y los ídolos de oro, plata, cobre, piedra y madera, que no pueden ver ni oír ni caminar. Y no se arrepintieron de sus asesinatos, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus robos “.
En este grabado, Albrech Durer retrató a dos feroces caballos y jinetes, pero en el centro de la composición hay cuatro ángeles enojados que matan a los pecadores impenitentes. Y no hay lugar para la compasión o la compasión. Un vicio debe ser castigado.