La pintura “La crucifixión con el centurión transfigurado” se pintó en el taller del artista Lukas Cranach el Viejo a mediados de los años 30 del siglo XVI. Habiendo aceptado las enseñanzas de Lutero a principios de la década de 1520, Lukas se convierte en el “pintor de la Reforma”: crea pinturas y grabados que expresan las ideas de la Reforma, ilustra las obras de Lutero, escribe sus retratos.
Sin embargo, a pesar de la amistad de Cranach con Martin Luther, el cardenal Albrecht de Brandeburgo, un ardiente partidario de la Iglesia católica, se encontraba entre los clientes habituales del artista. La pintura “Crucifixión con el centurión transfigurado” fue creada por el artista en base a la famosa leyenda bíblica del Nuevo Testamento.
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