Esta pintura es considerada una de las mejores obras de Vermeer. Su trama es muy inusual. El artista rara vez representaba la “vida pobre” y las mujeres comunes y corrientes de la gente. Por lo general, los sirvientes están presentes en sus obras solo en las cercanías de damas ricas bien vestidas.
Mientras tanto, se nota que Vermeer recibe un inmenso placer al escribir la textura áspera de los objetos presentes en la “Criada con una jarra de leche”.
Vidrio fangoso, no lavado, durante mucho tiempo, vestido con ropa de cama barata, una pared con yeso pelado, basura en el suelo: todos estos detalles se resuelven no solo con cuidado, sino también con amor. Invariablemente fascina al espectador y la figura del personaje principal del lienzo. Su postura está llena de concentración tranquila.
Las manos de las niñas que se han endurecido en su trabajo tan hábil y hábilmente sostienen la jarra que su gesto parece incluso gracioso. La cara de la criada no es hermosa. Pero la fugaz frescura de la juventud se nota tan notablemente en él por el maestro, de modo que la luz de la mañana desde la ventana cae sobre él, que parece infinitamente dulce.
El papel principal en esta imagen es, por supuesto, la luz. Define el ambiente de toda la escena. Si observa las áreas de trabajo más brillantes, puede ver que Vermeer escribe la luz en grupos.
Estos grupos son especialmente visibles en el cuello de la jarra y las asas de la cesta de pan.
Mientras que la leche de Jan Vermeer se derrama de una jarra, uno puede ciertamente llamarse uno de los mejores pintores líricos. Representa magistralmente las cosas: el pan en su imagen parece más “bready” que en la vida, la gorra de la doncella herméticamente almidonada brilla más blanca que la nieve. ¿Pero es este el poder del artista sobre el espectador? La basura en el piso de la cocina, el resplandor del sol temblando en el asa de la jarra, todo esto en sí mismo, no significa nada entre sí.
Entonces que pasa Quizás la mejor imagen de Vermeer – “Criada con una jarra de leche”.
Un chorro fino de leche, vertido en un tazón, significa algo que solo se puede expresar de manera muy aproximada con las palabras “mientras”. La leche se está vertiendo, y en la cara de la criada está la mañana, la hinchazón “sin dormir”, y la basura todavía no se ha barrido por la puerta, y en la ventana falta un vaso. Y todo esto junto, mientras la leche se derrama de una jarra, se vuelve más liviano que el aire.
Y por alguna razón, ya se desconoce cómo y por qué, es esta temporalidad la que más se parece a la eternidad.