Uno de los artistas famosos de Rusia es Plastov Arkady Alexandrovich. Tenía gran fuerza de voluntad y sed de crear. A pesar de que en 1931 todas sus obras fueron escritas por exceso de trabajo, quemadas, pudo dejar a sus contemporáneos unas diez mil creaciones hermosas. En sus obras, el autor retrató la vida campesina del pueblo ruso.
En sus lienzos podemos ver lo que hemos aprendido de la historia o lo que hemos escuchado de los ancianos.
Mi foto favorita del artista es la obra “Cosecha”. En el mismo, el autor mostró un simple almuerzo familiar campesino durante un descanso en el campo. A tu alrededor puedes ver grandes gavillas, trabajadores y caballos, y todo un campo de espiguillas de trigo.
Pero sobre todo atrajo la atención de la primera imagen. Cerca del alto de la familia asentada gavilla. Abuelo viejo, dos niños y una niña. El abuelo es muy viejo, tiene una barba larga y gris, un pelo espeso y sin costuras y manos muy tensas.
En uno, él sostiene un pedazo de pan negro, y el segundo recoge una comida. Está vestido de forma muy extraña, ya que es verano en el exterior y hace demasiado calor, y lleva un traje de trabajo azul, una chaqueta marrón es arrojada y botas en los pies.
Quizás esto sea para no rascarse las piernas y los brazos. Los niños se visten un poco más fácil. Los niños visten camisas y pantalones ligeros, y la niña lleva un vestido rojo y una blusa. Ella tiene un pañuelo en la cabeza.
Un niño rubio bebe agua o leche de una jarra. Esta es una vieja jarra de barro, que puede mantenerse fresca durante mucho tiempo, lo cual es muy conveniente para este calor.
Cerca de ellos están los equipos para el trabajo. Rastrillo de madera con el que la niña rastrilla las espiguillas biseladas. Hoces que sobresalen de una gavilla. Trabajan chicos. Es un trabajo muy duro, porque todo el tiempo tienes que estar doblado.
Y de pie junto a la escupida de la gavilla, que funciona abuelo. Incluso detrás de la espalda de la niña y el niño se encuentra una mesita con pepinos y un cuchillo. Quizás este sea el segundo.
El perro mira todo este proceso con codicia y envidia. Ella está de pie junto a los pies de su abuelo con la esperanza de que también reciba un pedazo de algo.
La imagen me hace tener una doble impresión. Primero, es muy amable, cálido, cariñoso. Y en segundo lugar, siento pena por estas personas, porque trabajan muy duro para conseguir un pedazo de pan.
El autor es muy maravilloso y transmite emocionalmente esos momentos en su lienzo.